Amor.
Esa noche irrenunciable,
Vi tu mirada y la mía encontrarse,
los dos con las manos en los bolsillos
y cierta indecisión en las palabras que dijimos
no quise preguntar lo de siempre
Intenté no hablar de lo mismo.
fuiste cálido
fuiste dulce,
sensaciones que con un golpe de suerte en la vida,
siempre han de volver.
Escribo para vos y a los que se fueron sin dejar rastros
y a pesar de estar demasiado escarmentada
y de no creer más en el amor romántico
el deseo sigue,
Dialectico.
Quiero amar desesperadamente
Y sentirlo correr entre todas las grietas que llevo en el corazón.
Por siempre latente
por siempre permanente
hambrienta siempre de amor estoy.
Cuándo me enamoro soy como un río desbordado
en el peor de los inviernos lluviosos de mi patria.
Un huracán y su ojo que nace en mi ombligo.
entre el trópico de cáncer y el trópico de capricornio de mi cuerpo.
Me gusta cuando te abrazo y siento los pies en tierra firme,
mis dudas e inseguridades de arena
se desvanecen en el reloj que controla mis pensamientos más temibles
el miedo a la distancia
el miedo a otra ausencia.
Es tanto y todo lo que pienso
ese tanto y a la vez es también todo lo que siento.
soy como una mariposa intrusa en tu patio
que emprende el vuelo cuando abres la puerta al salir a enfrentar el dia,
cuando das un paso hacia adelante
Y en tu sombra revoloteando
yo,
estoy ahí,
Recostada en tu hombro
me tomás con tu pulgar y el dedo índice de tu mano izquierda
esperando que me contiemples
esperando que me sonrías
Me entrego completa a vos
y a tu presencia en esa cama,
A la eternidad que anhelo al besarnos los labios
Tenés tantas ganas como yo de quererte,
de querernos.
Te quiero para pasar los domingos,
darnos todo el amor
Y asi aguantar la semana,
el ajuste y la discordia,
te quiero para pasar los domingos
entre lecturas dulces
Recibir el aura entre tus brazos,
despedir el ocaso entre tus mieles.
Lorena Pineda
buenos aires/ primavera 2020
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