Cuando me
encuentro en silencio
y la
obscuridad me sumerge hasta los párpados
Me alejo del
mundo de sombras
que me acompañan
desde el alba.
Las
quejas
que en
procesión
pasan
oprimiéndome el pecho
Una
tras
una
y la culpa
encadenada a
un Cristo
de piedra y
hueso
sesa
Se alejan
de golpe
como un
temblor cuando pasa
y replica
y replíca
Mi corazón se tambalea
Se inclina
y se achica
Cuando no
veo luz
ni escucho
sonido alguno
Mis pensamientos caen cuesta abajo,
Se pierden, se diluyen
en la distancia al vació que es mi cabeza.
Entonces
siento.
Lorena
Pineda
Bs As
invierno 2020
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