martes, 22 de septiembre de 2020

Poema de amor

 



Amor.


Esa noche irrenunciable,

Vi tu mirada y la mía encontrarse,

los dos con las manos en los bolsillos 

y cierta indecisión en las palabras que dijimos 


no quise preguntar lo de siempre 

Intenté no hablar de lo mismo. 


fuiste cálido

fuiste dulce,

sensaciones que con un golpe de suerte en la vida,  

siempre han de volver. 


Escribo para vos y a los que se fueron sin dejar rastros

y a pesar de estar demasiado escarmentada 

y de no creer más en el amor romántico 

el deseo  sigue,


Dialectico. 


Quiero amar desesperadamente

Y sentirlo  correr entre todas las grietas que llevo  en el corazón. 


Por siempre latente

por siempre permanente

hambrienta siempre de amor estoy.


Cuándo me enamoro soy como un río desbordado 

en el peor de los inviernos lluviosos  de mi patria.

Un huracán y su ojo que nace en mi ombligo.

entre el trópico de cáncer y el trópico de capricornio de mi cuerpo.


Me gusta cuando te abrazo y siento los pies en tierra firme,

 mis dudas e inseguridades de arena 

se desvanecen en el reloj que controla mis pensamientos más temibles

el miedo a la distancia 

el miedo a otra ausencia. 


Es tanto y  todo lo que pienso 

ese tanto y a la vez es también todo lo que siento.

soy como una mariposa intrusa en tu patio 

que emprende el vuelo cuando abres la puerta al salir a enfrentar el dia,

cuando das un paso hacia adelante 

Y en tu sombra revoloteando 

yo, 

estoy ahí,

Recostada  en tu hombro 

me tomás con tu pulgar y el dedo índice de tu mano izquierda 

esperando que me contiemples 

esperando que me sonrías 


Me entrego completa a vos 

y a tu presencia en esa cama, 

A la eternidad que anhelo al besarnos los labios

Tenés tantas ganas como yo de quererte,

de querernos.


Te quiero para pasar los domingos,

darnos todo el amor

Y asi aguantar la semana,

el ajuste y la discordia,

 te quiero para pasar los domingos 

entre lecturas dulces

Recibir el aura entre tus brazos,

 despedir el ocaso entre tus mieles. 


Lorena Pineda 

buenos aires/ primavera 2020


domingo, 6 de septiembre de 2020

silencio

 


 

Cuando me encuentro en silencio 

y la obscuridad me sumerge hasta los párpados

Me alejo del mundo de sombras

que me acompañan 

desde el alba. 

 

Las quejas 

que en procesión

pasan 

oprimiéndome el pecho 

Una

tras una 

 

y la culpa

encadenada a un Cristo

de piedra y hueso 

sesa

 

Se alejan

de golpe

como un temblor cuando pasa

 y replica

 y replíca 

Mi corazón se tambalea 

Se inclina

 y se achica 

 

Cuando no veo luz

ni escucho sonido alguno 

Mis pensamientos caen cuesta abajo, 

Se pierden, se diluyen  

en la distancia al vació que es mi cabeza. 

 

Entonces siento. 

 

Lorena Pineda

Bs As invierno 2020